Los abogados de los acusados aplican una estrategia que pisotea a la víctima, con preguntas insultantes.En Francia, no existe por ley “la falta de consentimiento”. Solo alcanza con demostrar que el sospechoso no tuvo la intención de violar para quedar libre.
La humillante acusación de la defensa de los violadores de Giséle Pelicot en Francia: “La señora estaba dispuesta y era juguetona”
